12/6/11

CAPÍTULO 3 "LA LUCHA DE LOS DARKBELLS".

Llegamos a una casa hecha de resplandeciente madera y el techo de nube. Al contrario que las demás, esta era más grande.
Yeray tocó a la puerta sin responderme aún a las preguntas. Abrió una mujer de avanzada edad y nos dijo con esa dulzura con la que hablan nuestras abuelas:
-Pasad, hijos, pasad.
-¿Señora Twilton, está Shewir?-le preguntó Yeray a la señora.
-Sí.-contestó esta con una sonrisa agradable- Ahora mismo lo llamo.- La señora entró en una habitación aparentemente pequeña. Acto seguido salió un hombre también de avanzada edad con barba blanca larga, poco pelo en la cabeza del mismo color, una nariz puntiaguda y un poco bajito. Pero en cambio, no tenía ni alas ni colmillos, lo que me tranquilizó bastante.
-Muy buenas a todos.-sentenció el hombrecillo.- Esta debe de ser la famosa Clara.-pronunció con una leve sonrisa amable.
-Muy buenas Señor Twilton, hemos venido para que le dé usted las explicaciones convenientes a Clara sobre su misión.-le habló Yeray muy educadamente.
-Ah…de acuerdo, sentaos.-dijo tranquilamente.
Yeray me acompañó hasta una silla  en forma de seta y me pidió que me sentase, después se sentó él en otra.
-Bueno… te habrán contado que te hemos traído aquí porque te necesitamos ¿no?-me preguntó mientras se sentaba.
-Bueno… tal cual no… Sólo me han dicho que tengo que hacer una misión y que mi vida cambiará.-le dije seriamente.
-Ya veo…Bueno, pues te necesitamos para una misión importante. Te explico: Hace millones y millones de años, como debes de saber, existía un Dios llamado Zeus y una Diosa llamada Hiedra, hermana de Hades, ¿no?
-Em… sí…-le dije dubitativamente. En realidad no sabía si existieron verdaderamente, tan sólo eran leyenda. Ni siquiera había oído hablar de Hiedra.
- Pues existieron, historia pura y realidad también pura.-dijo decisivamente y prosiguió- Esto que te voy a contar no sale en vuestros libros de historia porque nadie de la Tierra lo creyó. Zeus y Hiedra tuvieron un hijo, dado que esta lo engañó y manipuló. Y él, enamorado, no sabía cómo era realmente ella hasta que lo tuvieron y vio que sólo lo quería para ser la Diosa más poderosa del Olimpo. Entonces, la expulsó a un mundo creado por él mismo, llamado Infierno, donde también envió a su hermano Hades por haber sido cómplice del plan. Al mezclar amor con odio salió un niño con alas de ángel y colmillos afilados como cuchillas. Zeus quería matarlo, pero se dio cuenta de que a pesar de su apariencia era un niño bondadoso que tenía un gran corazón. Porque, como dicen, el amor siempre gana. Y… esta es la historia de los Darkbells.-sentenció finalmente.
-Pero… ¿quiénes son los Darkbells?-le pregunté, pero contestó Yeray.
-Soy yo, por ejemplo.-me dijo con una sonrisa de nuevo.
-¿Tú eres el hijo de Zeus y Hiedra?-pregunté boquiabierta.
-No.-me dijo sonriente.
-¿Entonces?
-Con los años se fueron reproduciendo.-dijo el anciano suavemente.
-Pero… ¿cómo? Si sólo tuvieron un niño.-volví a preguntar.
-Esa causa se desconoce, el caso es que se reprodujeron y aquí están.-dijo riéndose.
-Y… ¿no hay una manera de averiguarlo?
-Sí, la hay.-me respondió.-Existe un libro, El Libro de los Secretos Celestiales, que explica todo tipo de dudas referidas al cielo y sus habitantes.
-¿Y quién lo escribió?
-Eres una niña muy curiosa.-dijo un poco molesto y a la vez sorprendido y satisfecho.-La verdad es que no se sabe… el cielo oculta muchos secretos que ni los que lo habitamos sabemos siquiera.
-Y...-iba a hablar pero el Señor Twilton me interrumpió.
-También dice como hacer que un Darkbell se convierta en humano… de nuevo.-dijo inquietante.
-¿Co…cómo que de nuevo? ¿Qué quiere decir Sr.Twilton?
-Quiero decir que los seres que se convirtieron en Darkbell y eran humanos, pueden volver a serlo si lo desean, y si sus razones son puras.-dijo seriamente.
-¿Cómo quién?-me atreví a preguntar intuyendo la respuesta.
-Como Yeray…
-Y… ¿Cómo se convirtieron?-dije mirando a Yeray, que me miró a la vez con expresión un poco triste.
-Tocándoles la frente…-dijo despacio el hombre.
-¿Qué?-dije sorprendida; estaba un poco harta de que el anciano no terminase sus frases y dejase la información a medias, a no ser que preguntara yo.
-Pues eso mismo… Si un Darkbell te toca la frente porque te necesita y lo hace con intenciones justas y buenas, te transformas en uno de ellos.
-¿Qué tiene de justo convertir a un pobre muchacho que debería estar estudiando y ser un humano?-dije enfadada y resignada.
-Clara…-formuló Yeray mirándome con ojos llorosos.
-Yeray es un chico noble y fuerte. Y fue convertido porque sabían que sería valiente y resistente… Y lo es. Pero no te sulfures, una de las cosas por las que queremos el libro es por esa misma razón, para que los que se convirtieron puedan elegir entre Darkbell o humano.-me dijo enfrente mío muy suavemente, cogiéndome de una de las manos para que me tranquilizase.
-¿Cómo saben que lo encontrarán?-dije llorando.
-Porque somos seres especiales.-musitó.
-¿Y tú que eres?
-Otro ser celeste que en época de Zeus ya existía.-dijo sin más.
-¿Qué queréis de mí?-dije muy seria y resignada limpiándome las lágrimas. Yeray sólo se limitaba a mirar el suelo pensativo y serio.

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