25/9/11

Capítulo 11 "Gotas de lluvia".

-No tienes por qué contármelo si no quieres…
-Si quiero.-hice una pequeña pausa, después continué.-En este banco surgió mi primer beso con la persona que más he querido hasta ahora y que aún no he conseguido olvidar. Pasé muchas, muchísimas cosas maravillosas con él de las que no me arrepiento. Pero él se marchó este año a la universidad, nos despedimos cálidamente el último día de Agosto, y ahora está estudiando y hace tiempo que no lo veo. La Navidad se aproxima y no sé si vendrá a visitarme, aunque lo haga con su familia. No he recibido una sola llamada desde entonces, ni una. Ni un solo mensaje. Por eso pensé que quizás era él el del sms de esta mañana, pero estaba equivocada. No quiero que te siente mal, pero no quiero tener ninguna relación con ningún chico porque le sigo queriendo y porque no sé si el aún me quiere a mí.
-Seguro que sí.-comentó suavemente.- Me alegro de que te hayas sincerado conmigo, porque aunque nunca pueda llegar a gustarte como pareja, siempre cabe la posibilidad de ser amigos, y tú has confiado en mí como si de un amigo se tratara. Gracias.-pausó.-No quiero que te sientas presionada. Sí, es verdad que eres una chica atractiva, Diana, y que he intentado que ocurriera algo más entre nosotros, algo más que una simple amistad. Aunque por lo que he visto no eres fácil, y eso es positivo, ni siquiera sé si en este tiempo atrás surgió una amistad… Si tampoco quieres que seamos amigos lo respetaré, sólo dímelo.-su mirada seguía siendo sincera, era afligida, pero tan intensa…
-¿Por qué piensas que no quiero que seamos amigos?
-No lo sé. Porque eso es lo que tú me has mostrado este tiempo.-me miraba de la misma forma.
-Eres un chico fantástico, Pablo, claro que me gustaría que fuéramos amigos. Además, ahora que sabes una cosa muy importante para mí quiero tenerte cerca y vigilarte de que no lo cuentes.-le sonreí, captó rápidamente mi indirecta. Era un sí. Sí quería ser su amiga, porque me había dado confianza y yo había confiado en él, y eso era algo muy importante en una amistad. 
Después de eso nos tomamos unas tortitas con chocolate, él la pidió también con caramelo, y nos reímos de los comentarios absurdos que decíamos uno y otro.
Al día siguiente llegué al instituto y Julia me esperaba en la puerta de la clase.
-¿Qué? ¿Qué tal todo?-me preguntó impaciente. Le conté todo, desde quién me había mandado el sms y quién le había dado mi número, hasta que terminamos siendo amigos después de confiarle algo muy personal.
-¿QUÉ?-expresó cuando acabé. Los ojos se le salían de las órbitas.- ¿Cómo le cuentas eso?-se sorprendió, pensé que se lo iba a tomar bien.
-Yo también dudé después de contárselo, pero se ve buen chico. Además, puedo contarlo con normalidad, si pasan las Navidades y no me visita me olvidaré de él. Será algo que podrá formar parte del pasado.-le expliqué. Mis palabras eran honestas y sabía que no me había equivocado al contarle aquello a Pablo. El mismo moreno que había conocido en el pub, y que comparado con el de ahora, no tenía nada que ver. “Son personas distintas. Cosa de la confianza”, me dije.
Seguí quedando con Pablo, con Julia y con demás. Pablo y Julia entablaron una agradable amistad y ya casi éramos inseparables. Era extraño quedar sin que no fuéramos los tres. Pronto llegaron las ansiadas Navidades en las que aunque pienses que toca descansar, te mandan un libro para leer en el instituto o decides repasar lo que se ha dado nuevo para ir preparado a la vuelta. Yo no las llamo “Vacaciones de Navidad”, basta con llamarlo…”Navidad”.

Cené en varias ocasiones con mis padres y mi familia, a veces solos nosotros tres. Charlé con mis primos, escuché las conversaciones de los adultos, aunque pronto lo sería, y me puse a leer un libro nuevo (no era del instituto, por suerte no nos habían mandado) y a repasar temario reciente. También esperé una llamada, para avisarme de que venía a visitarme. Pero nunca ocurrió, mis esperanzas se fueron a pique, cual gaviota que vuela por encontrar alimento y se estrella contra el suelo.

El día de Reyes unos regalos aguardaban bajo el árbol, para Navidades no me habían traído nada, prefería esperarme hasta el final y recibir todo conjuntamente. Pero el día de Navidad cenamos mis padres y yo tranquilamente mientras veíamos la tele. Al abrir el primero me encontré una camiseta de manga larga morada con unos dibujos de flores y pájaros sorprendente, era muy bonita. El segundo fueron unos pendientes de oro. Y el tercero unas converse, las zapatillas que más me gustaban, rojas.
Mis padres también recibieron sus perfumes, jerséis y algún útil de todos los años. Aunque siempre era diferente. Mis abuelos que regalaron otra camiseta, esta era rosa con una chica dibujada de pelo largo y marrón, que también me gustó mucho.

El curso prosiguió y las vacaciones acabaron. Adiós pequeña libertad, hola estudios. Ni un solo mensaje, ni una sola llamada, ni una corta visita. Nada de nada, era como si Nicolás nunca hubiera existido. Aunque desde ese momento ya dejaría de existir. Y la frase sería: Adiós tormento, hola felicidad.
Los días, las semanas, los meses, todo se pasaba rápido y pronto llegó la Semana Santa. Nos fuimos a Cullera, por el mediterráneo, y conocí a un chico. Nos dimos los teléfonos y de vez en cuando hablábamos. Fue mi segundo novio, aunque no llegué a estar segura de eso, porque si en el fondo no lo amaba de verdad la relación no tenía sentido, pues es cosa de dos. Al final acabé con esa relación. Me dolió, pero no tanto como la de Nicolás y mía. Cuando siempre me venía a la cabeza que todo acabó me surgía una duda: Nunca rompimos, o por lo menos no nos lo dijimos. ¿Se rompió con el tiempo o seguíamos siendo novios?

5 comentarios:

  1. Y ahora es cuando yo me pregunto... ¿por qué tiene que ser Nicolás quien la llame o quien la visite? ¿No puede llamarla ella? Así nunca sabrá qué es lo que pasa... si yo fuera Diana, hubiera hablado con Nicolás mucho tiempo atrás... El tiempo y la distancia son taaaaaan malos...
    Me ha gustado mucho :)

    ResponderEliminar
  2. Ella no quiere molestarle, porque sabe que está estudiando y que quizá sea inoportuna. Él le prometió visitarla y ella quiere comprobar que lo hará cuando pueda y por sí mismo. Cada uno tiene su forma... una muy buena pregunta Andrea :)
    Sí, creo que esto la marcará :) Aún queda muuuucho por ver ;)
    ¡Me alegro! ^^
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Se me olvidaba, le dijo Julia de visitarle, pero el problema es que el no le dijo a ella dónde estudiaría y no sé por qué, ella quiere esperar que sea él quien la llame para que le demuestre que se acuerda de ella. Y dirás: ¿No podría llamarle para preguntarle dónde reside? Y la respuesta sería la misma :) Supongo que en ciertos aspectos Diana es una cabezota.

    ResponderEliminar
  4. Este blog me acaba de sorprender muchísimo, se respira mucha magia (Harry Potter) y dulzura. Esta entrada un poco más...Se me recuerda a algo y no se a que , me encanta , no sé porque..
    Ahora mismo te sigo :)
    Por cierto, estas invitada a leer "Sucres rire"
    http://www.sucresrire.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  5. ¡Oh! ¡Muchas gracias! ^^ Me alegro que mi blog te transmita eso. Es precisamente lo que quiero que haga ^^
    Me alegro de que te guste la entrada :)

    ResponderEliminar