Especial. Prólogo

Notaba zancadas detrás suyo y comenzó a correr. Le faltaba cada vez más el aliento y la respiración se le entrecortaba. El miedo le hacía correr con todas sus energías. De vez en cuando miraba hacia atrás, pero no veía a nadie, aún así siguió. Notó un olor a quemado y eso le desconcertó. Una llamarada de fuego apareció de improviso ante sus narices sin entender de qué manera se había producido, quemando un contenedor situado en la calzada. Se paró en seco y se cruzó de acera a toda velocidad. Aún seguían detrás de él.
Entonces apareció una chica de la nada. Las llamas de fuego al otro lado iluminaban parte de su faz y él la reconoció. Ahora sabía que ella no podía haber aparecido de la nada; al menos eso no. Se le descompuso el alma, no podía creérselo. Cayó de rodillas en el suelo y brotaron las primeras lágrimas con la mirada perdida. Ella se inclinó y le dio un beso en la frente obligándole a levantarse. Obligándole a huir de nuevo. 

—Vete —susurró—. Niall, vete —él la miró unos instantes, con los ojos empapados de lágrimas. Se levantó finalmente. Para la alegría de ella la abrazó.

—Yo... pensé...

—Shh —le puso el dedo índice en la comisura de los labios y le acarició el rostro dulcemente. Un último segundo de intercambio de miradas y él echó a correr de nuevo. Ella se quedó allí parada, esperando. Esperando aquello que estaba persiguiendo a Niall.