Cuando las clases acabaron Yeray me estaba esperando en la puerta principal.
-Tenemos que hablar.-dijo únicamente. Entonces le dije a Rebeca que ese día no iría con ella, que tenía que hablar con él. A lo que me contestó:
-Si claro, supongo que tenéis muchas cosas de las que hablar…- con un guiño pícaro.
-¡Hasta mañana Rebeca!-le dije.
-¡Hasta mañana Clara!- dijo con una sonrisa de oreja a oreja y con otro guiño.
Rebeca se alejaba poco a poco, entonces me dijo Yeray:
-Hoy a las seis quedamos en la puerta del instituto para ir a practicar.
-¿A practicar qué?-le pregunté con cara de extrañada.
-A practicar nuestros poderes…-dijo en un susurro acercándose a mi oreja. El aire que salía de su boca me hizo un cosquilleo en ella y me dio un escalofrío.
-Pero… ¿no sé qué poderes tengo? Además a las seis tengo Academia de Inglés.-pronuncié suavemente.
-Tus poderes ya los descubrirás hoy, y en cuanto a la Academia ¿no recuerdas que aquí el tiempo se para?-dijo sonriente y alegre.
-Ah…e…es verdad.-dije un poco aturdida.-pero, no lo entiendo. ¿Cómo es que el tiempo se para cuando subimos? Quiero decir…los seres que viven allí ¿también se les para el tiempo a ellos? En ese caso vivirían eternamente y en la Tierra no ocurriría nada...-reflexioné.
-Buena reflexión.-me felicitó.-El tiempo sólo se nos para a nosotros, a los que somos humanos y a la vez Darkbell y tenemos una misión, porque sino nuestros seres queridos nos extrañarían, ¿no crees?-me dijo con una sonrisa que expresa el haberme dejado mal.
-Mi reflexión hubiera servido.-dije un poco malhumorada.
-Y no lo dudo…-en ese momento oí una risa floja, se había reído de mí, cosa que no me sentó nada bien. Al fin y al cabo eso yo no lo sabía y seguro que él antes de que se lo contarán tampoco.
Nos dirigíamos a nuestras casas juntos. Después de lo anterior hubo unos minutos de silencio. Después empezó a hablar ante lo incómodo que resultaba eso.
-¿Sabes? El hombrecillo de la casita, el Sr. Twilton, es un “holiwer”. Es como un hobbit pero más alto. Al igual que su mujer.-dijo intentando darme conversación para ver si me había enfadado.
-Qué bien…ahora podré dormir por las noches.-dije irónicamente.
-Vamos ¿no te habrás enfadado?
-No.-dije sin más.
-¡Venga sólo era una broma!-dijo intentando arreglar las cosas.
-No intentes excusarte…
-Tu reflexión era buena pero es que no era la realidad…-dijo un poco enfadado con sí mismo.
-Sí…la realidad es que te has burlado de mí cuando sólo preguntaba y cuando tú eso seguro que antes no lo sabías.-dije dándome la vuelta y acercándome a él enfurecida.
Entonces me agarró de los hombros y me dijo:
-¡Escúchame! Yo no quería hacerte daño con esas palabras, ¡al contrario! Tú eres muy importante para mí…-dijo mirándome a la ojos cual desesperado. Y después bajó el cabeza resignado.
Yo me quedé atónita, aún me tenía agarrada de los hombros cuando le dije:
-Tú también eres muy importante para mí…
Y arrepintiéndome después le dije:
-Ya que tú me vas a ayudar en mi misión.
Lo que en un principio fue sorpresa para Yeray se convirtió en disgusto cuando le dije lo último.
-Tú también eres muy importante para mí…para salvar a mi familia y a mí.-formuló intentando arreglar lo que él había soltado antes.
Después continuamos andando y durante todo el camino que nos quedaba hasta llegar a casa hubo sólo silencio.
Me acompañó a la mía y su despedida sólo fue:
-Hasta esta tarde…
La mía fue peor…ya que sólo alce la mano para decirle adiós.
Luego entré en el portal y me asomé a través de la puerta para ver si se atrevía a mirar. No fue así. Cabizbajo se iba alejando poco a poco. “Quizás me haya pasado con él…”, pensé internamente.
Me gusta mucho la historia que estás escribiendo.
ResponderEliminarIba un poco perdida porque hacia tiempo que no me metia, pero ya me he puesto al dia.
Enhorabuena, es muy entretenida :)
Muchísimas gracias Ana :) Me alegro mucho ^^ Ya sabes que me gusta que comentéis para saber vuestra opinión sea cual sea :D
ResponderEliminar¡Besos!