28/6/11

CAPÍTULO 8 "LA LUCHA DE LOS DARKBELLS".

Después de comer empecé a hacer los deberes de Física y Química, Matemáticas y Lengua. Eran pocos ejercicios pero muy largos, así que me di prisa para después de la Academia poder estudiar Sociales.
Los hice deprisa pero bien, así que me dio tiempo de sobra. En ese tiempo me repasé los elementos de Física y Química. Cuando faltaban diez minutos para las seis, salí de casa y me dirigí al instituto, donde había dicho Yeray que estuviera a esa hora.
Cuando llegué él ya estaba allí.
-Te has retrasado un minuto.-me dijo nada más llegar.
-Pero si son en punto.-le dije asombrada.
-Pero hace un minuto yo ya estaba aquí.-dijo con una sonrisa en los labios.
En cierto modo me hizo gracia, solo que oculte mi sonrisa para que no creyese que se me había pasado el enfado por lo de esa mañana.
Entonces entramos al instituto y fuimos a la ventana.
-¿Es que la única entrada al cielo es ésta?-dije en tono un poco despectivo.
-No…pero es uno de los lugares donde la gente de abajo y la del instituto no nos ven.
-¿Pero como no nos van a ver si saltamos por una ventana?-solté atónita.
-Porque la velocidad a la que volamos es rápida y no se llegan a percatar. ¿A qué mola?-dijo el mismo asombrado.
-Sí.-dije mientras me reía por dentro. En el fondo era un chico agradable y divertido.
-¿Lista?-me preguntó sonriente.
-Lista.-afirmé.
Entonces me agarró de la mano y saltamos. Un momento… ¡me agarró de la mano! Puede que no significara nada si piensas que es para ir juntos ya que yo no sabía volar aún. Pero también existía la probabilidad de que me agarrase la mano porque me tenía cariño. La verdad es que no estaba segura de por qué lo hizo, pero eso era lo que menos importaba en ese momento. Teníamos que entrenar y ya está.
Mientras volaba me dijo:
-Concéntrate.
-¿Por qué?
-Tú concéntrate.-insistió.
Me concentré lo mejor que pude. No sé cómo lo hice, pero el resultado fue convertirme en Darkbell.
-Suéltate.-me dijo con mucho cariño.-Suéltate e intenta mover las alas como si fueran una parte más del cuerpo.
Entonces las empecé a batir. Era algo extraño ya que era como mover una parte del cuerpo más, tal y como había dicho. ¡Pero lo conseguí! Conseguí volar. Sólo cuando Yeray vio que podía sola, me soltó y juntos volamos hacía la luz que estaba arriba, en el cielo azul. A muchos kilómetros del suelo.

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