4/6/11

Un conte de fées.


Sentada en tus rodillas, te miro con dulzura, comienzo a imitar a un hada y cojo una rama simulando una varita. Te golpeó levemente en la cabeza con ella y empiezo a decir sandeces. Tú te ríes continuamente. Me miras ilusionado, me coges de la cintura y me vuelves a sentar. Sigues sonriendo y me susurras: No cambies nunca, mientras vas acercando lentamente tus labios. Nos besamos, y después me elevas hacia el cielo. Es curioso...porque lo que intenté que fuera un cuento de hadas, acabó siéndolo.


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